miércoles, noviembre 15, 2006

"El" problema (lógico-)teológico

- (si) dios es bondad absoluta (Premisa 1)
- (si) dios es infinitamente sabio, lo sabe todo (Premisa 2)
- (si) el mal existe (Premisa 3)

[Pregunta: ¿cómo se explica el mal?]

- [Respuesta:] (si) dios nos hizo libres para elegir entre el bien y el mal. (Premisa 4)

- Si hacemos el bien: dios nos regala la salvación —del castigo eterno—.
- Si hacemos el mal: dios nos castiga.

- [Conclusión 1] Por tanto: dios nos obliga a hacer el bien. No hay elección, no hay libertad. [Contradicción con la Premisa 4.]

- [Premisa 5 implícita: dios no permite el mal impunemente. dios castiga el mal.]
- [Premisa 6 implícita: el ser humano trata de evitar el castigo.]

- [Conclusión 2] Por tanto: dios nos hizo libres para realizar el mal porque pretendía castigarnos —sabía que morderíamos la manzana, (lo sabe todo)—. Dios es perverso. [Contradicción con la Premisa 1.]


Lectores: ¿Alguna opción alternativa a la relación sadomasoquista entre esta divinidad —definida así por la mayoría de pensadores del cristianismo y aceptada por la ortodoxia eclesial— y el creyente?


La opción de “los caminos de dios son inescrutables”, también llamada teología negativa, considero que no es una opción.

Es decir: me estoy preguntando por el conocimiento sobre tal dios y, si no tengo el conocimiento de tal solución a este problema del mal, este desconocimiento no es solución, puesto que no me estoy preguntando por la existencia de tal dios, sino sobre lo que sé de él.

Si no sé la solución es que no la hay —epistemológicamente hablando—.

La solución de que el ser humano no puede llegar a comprender los designios divinos ya que su inteligencia es limitada me parece una opción negadora de toda teología y por tanto ésta no puede permitirse el gusto de ofrecerla.

La solución agnóstica a este problema del mal supone aceptar la contradicción lógica cuando el mismo problema surge sobre el principio de no contradicción con el que funciona la lógica. ¡Lo cual es una doble contradicción! —¿la aceptamos?—.

El agnóstico nada y guarda la ropa —lo cual está muy bien—, pero supone coger el trozo de papel donde se ha apuntado este “pequeño problemilla” lógico-teológico del cristianismo y meterlo bajo la cama. Mientras, el creyente y su dios continúan con su relación sadomasoquista. ¿Les gusta?