jueves, noviembre 16, 2006

Dolorosamente sincero eh. Gracias por ahorrarme el dolor de mejillas. Casi puedo creerte. No tengo que demostrarte mi cariño con grandilocuencias gestuales. Después de tanto tiempo. Los zurdos siempre me han vuelto loca. Siempre me mordí la lengua para no decírtelo. Podría haberme quedado aquí contigo simplemente por eso. Fíjate que chiflada. Aunque vivir juntos hubiera sido un infierno. Empezamos a olérnoslo. ¿Qué tal el trabajo? Supiste poner cuatro o tres cosas muy simples en mi vida que consiguieron enamorarme. Un disco de bossa-nova, un tren que lleva a una playa de Girona. El amor es otra cosa. Pero ambos son necesarios, enamoramiento y amor. Se necesitan mutuamente para no acabarse, quiero decir. Ya voy yo para el metro mejor. No sé cómo te aguanta ese retrovisor roto tanto tiempo. Ah, una cosa: voy a dejar que siga gustándome aquel otro disco que me regalaste, ¿no te importa, verdad?

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

pero... si... si yo no soy zurdo cariño, tan sólo tengo lateralidad cruzada a nivel visual y en el pie de batida a la hora del salto de altura
¿quieres decir que no te equivocas de persona?

11:19 p. m.  
Blogger Ana Rubio said...

Supongo que serás una de las avestruces de las que me enamorara alguna vez. O no.

Si no se da la cara:
Ni beso,
Ni bofetada.

11:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tal vez seas tu quien se equivoca.
Además, ni siquiera eres zurdo.

9:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tal vez sea yo quien se equivoca.
Pero no te quepa duda, de proponérmelo, puedo ser un gran ambidextro. Y hasta puramente zurdo con el estímulo de besos y bofetadas.

11:41 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home